La desconexión y el descanso son claves no solo para poder reconectar con energía renovada y mejorar nuestro rendimiento, sino que también es necesario para nuestra salud, tanto mental como física.
Año a año por estas fechas nos encontramos todos pensando en nuestras vacaciones, lo que nos queda para poder disfrutarlas o lo cortas que se hacen cuando ya nos queda poco para volver al trabajo. Son unos días en los que nos centramos en nuestra vida personal, dejamos el trabajo y la rutina a un lado y sentimos el placer de no tener tantas obligaciones. Las vacaciones son sinónimo de disfrute, pero no debemos perder de vista su principal objetivo, descansar. Y es que para disfrutar de nuestro período de descanso los expertos recomiendan un balance entre planes dinámicos con la familia y los amigos y actividades de relajación como dormir más, pasear, leer o incluso hacer deporte. No sirve de mucho llenar la agenda con mil cosas para hacer y trasladar las obligaciones y el estrés del trabajo a nuestro tiempo de ocio, porque de esa manera nuestra mente no percibe descanso ninguno y las consecuencias serán las mismas que si no hubiéramos cogido vacaciones.
Cada vez más personas no disfrutan de su tiempo de descanso todo lo que deberían o todo lo que les gustaría, no desconectan, no consiguen relajarse durante esos días lejos del trabajo y es que el vivir conectados constantemente tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes y terminamos volviendo al trabajo pensando “necesito unas vacaciones de las vacaciones”.
Lo que ha supuesto un claro beneficio para empresas y trabajadores, que han encontrado en la tecnología el mejor aliado para conciliar vida laboral y personal facilitando el teletrabajo y flexibilizando horarios, supone también para muchas personas un reto a la hora de irse de vacaciones, ya que se encuentran con la dificultad de olvidarse temporalmente de las responsabilidades del entorno laboral.
Poder evadirse del trabajo es cada vez más complejo, pero también más importante para poder retomar la rutina de una manera sana.
En los tiempos que corren es complicado relajarse, nos cuesta desconectar del trabajo, hacemos planes con todo el mundo durante nuestras vacaciones y posiblemente no nos faltan obligaciones familiares. Si a eso le añadimos, con la preocupación por la situación actual, la ansiedad que ha provocado en muchas personas, la incertidumbre y el confinamiento, podemos sentir que este año se nos está poniendo especialmente complicado poder disfrutar del descanso y relajarnos unos días. Por eso es más necesario que nunca parar recargar las pilas.
Debemos ser responsables y darle al descanso la importancia que se merece de la misma manera que lo hacemos con el trabajo.
Las vacaciones son el mejor remedio antiestrés dado que disminuyen los niveles de preocupación y nerviosismo y con ellos también migrañas y problemas estomacales, actúan de protector contra la depresión mejorando el estado de ánimo y ayudándonos a dormir mejor de manera que esos días se convierten en una recarga de baterías para poder incrementar la productividad, la creatividad y la concentración de cara a la vuelta al trabajo.
El descanso vacacional provoca una mejora en la condición física y mental pero más allá ayuda incluso a no enfermar con un 20% menos de riesgo de fallecimiento en aquellas personas que se toman vacaciones, al menos, una vez al año.
Estudios de la Universidad de Pittsburgh o de la Universidad Estatal de Nueva York en Estados Unidos han detectado que los participantes masculinos que no tomaban vacaciones incrementaban el riesgo de fallecimiento por enfermedad cardíaca un 30% y según la Clínica Marshfield en Wisconsin, las mujeres que cogen vacaciones menos de una vez cada dos años tienen más riesgo de sufrir depresión y ocho veces más probabilidad de desarrollar una enfermedad coronaria o sufrir un ataque al corazón.
Para poder desconectar totalmente los expertos recomiendan entre dos y tres semanas al año como mínimo, de hecho, en Europa, donde la mayoría de los países tienen por ley 20 días de vacaciones anuales o más, la esperanza de vida es muy superior a la de Estados Unidos, por ejemplo, donde las vacaciones son de 14 días.
“Tomar vacaciones no es una cuestión de gustos, sino de necesidad” de acuerdo con la Psicóloga María Teresa García Aguilar, creadora de Psicoterapia para Todos. Debemos aprender a tomar distancia de nuestras responsabilidades y desconectarnos de vez en cuando, es necesario y fundamental para el cuerpo y la mente “resetearnos” y con ello mejorar e incrementar nuestra perspectiva.
Debemos reconocer el impacto positivo que tiene el descanso y el tiempo libre dado que además de cuidar y mejorar nuestra salud influye directamente en nuestra satisfacción con el trabajo, aumentando la retención y reduciendo costes de contratación y entrenamiento consecuencia de la rotación laboral.
Algunos consejos sencillos para ayudarnos a desconectar podrían ser:
- Poner la respuesta automática en el correo electrónico
- Log Out de las aplicaciones o RRSS de empresa
- Antes de irnos, hacer una lista de tareas pendientes y urgentes para dejarlo todo lo más atado posible y que los deberes no nos persigan durante las vacaciones
- Es ideal poder cambiar de entorno para ayudar a nuestro cerebro a percibir que estamos en período de descanso
- Olvidarse del reloj y no ponerse horarios para sentir que hemos roto con la rutina
Y ahora, después de todo lo que te hemos contado esperamos que te tomes ese merecido descanso.
Por unas buenas y desconectadas vacaciones.