“Oops!”
Todos hemos oído esta palabra un poco extraña pero, ¿por qué tienen nuestros ordenadores que mostrarla en tantas ocasiones? Parecen niños que han hecho algo mal y tratan de disculparse. Vemos esta palabra una y otra vez, como en un intento de personalizar la comunicación entre el ordenador y el usuario.
“Estimado usuario, ahora mismo estoy haciendo un montón de cosas para usted.
Por favor espere, valdrá la pena…”
“Oops!, algo salió mal. Por favor, inténtelo de nuevo.”
Lo intentas de nuevo y, si tienes éxito, te quedas conforme. Pero si no es así, ¿desde cuándo “Oops!” y un lenguaje amable te sirve de algo como usuario?
Sí, estás en lo cierto, no sirve para nada. Entonces, ¿cómo es que nosotros que nos dedicamos al negocio IT se nos permite cometer los mismos errores una y otra vez?
Sé que este artículo puede parecer un poco controvertido teniendo en cuenta que en realidad trabajo en este negocio. Pero hay que preguntarse: ¿y si los ingenieros de la construcción tuvieran la misma tasa de fracaso en el diseño de rascacielos como lo hacemos nosotros en el negocio IT? No estoy diciendo que todas las implementaciones IT fracasan, o que un problema en un software es lo mismo que un fallo en ingeniería, pero hay tantos ejemplos que si se extrapolara la tasa de fracaso a uno de esos sectores, asustaría bastante.
La tecnología aún está considerada más como un producto que como una ley natural. Mi padre, ahora retirado, fue físico y profesor de matemáticas en la universidad. Cada vez que él y sus colegas descubrían algo nuevo no podían esperar a contárselo a todo el mundo. Querían compartirlo con los demás, que esos hallazgos fueran utilizados como “ladrillos” para el trabajo de otras personas.
¿Qué sacarían nuestros clientes y el resto del mundo si la tecnología base y el conocimiento IT fueran libres? En cierta medida, este es el enfoque de la naturaleza de Linux, y por eso muchos dispositivos de hardware están equipados con un núcleo Linux en lugar de otro sistema operativo. Por eso los diferentes productores de hardware no están compitiendo en la base de referencia del software, sino en el núcleo principal de la tecnología y en la forma en la que programan el software que controla ese hardware… Y debido a que, en cierta medida, es de código abierto no pueden proteger su conocimiento. Simplemente tienen que ser los mejores haciendo lo que hacen.
¿Habría que empezar a establecer las bases de los derechos humanos en las tecnologías de consumo fundamentales? ¿Deberían formar parte de una base común para todas las tecnologías?
Google ha conseguido que su nombre se utilice a modo de verbo. Hablamos de “googlear” independientemente de si estamos utilizando Bing o cualquier otro buscador. Este cambio nos hace percibir que Google es más un servicio público que un producto real, y si le preguntas a los jóvenes de hoy en día, puede incluso que no vean que hay una empresa detrás de este servicio, siguiendo sus acciones e intereses. Para ellos es simplemente la forma de encontrar cosas en internet. ¿Y si pudiéramos mover lo básico de la tecnología ERP en esa dirección? ¿Y si pudiéramos compartir los componentes fundamentales del software empresarial de una forma en que no se comercializara con ellos? ¿Cómo podría el mundo no beneficiarse de ello?
En IT, a menudo es difícil averiguar quién está haciendo el mejor uso de la tecnología base. En mi mundo Dynamics AX he visto muchos ejemplos de proveedores que han convencido al cliente para implementar una solución que duplica funciones y características que ya tiene AX, pero que se les vende como si fueran mejoras de valor añadido.
He visto ejemplos de partners que han convencido al cliente que, a pesar de que el negocio al que se dedicaba era prácticamente único en el mundo, afirmaban tener un complemento “estándar” que podía resolver su problema específico. Siento curiosidad por saber qué CIO compró la idea de que un proveedor de soluciones había creado un sistema estándar que sólo podía vender una única vez en todo el mundo, incluso antes de que se lo pidieran…
¿A dónde quiero llegar con esto? Quiero llamar la atención sobre una elección a la que se enfrentan los proveedores de software y vendedores. En el caso de Microsoft, cuando entregan una nueva versión de Dynamics AX, buena o mala, es lo que es. Algunas características pueden satisfacer nuestros requerimientos por completo, pero otras pueden faltar. Como distribuidor o ISV, tienes dos opciones cuando descubres estas carencias en la última versión:
1.- Puedes dedicar tu tiempo a arreglarlo por ti mismo, mantenerlo en secreto y tratar de revenderlo como un paquete opcional.
2.- O bien, puedes tratar de conseguir que Microsoft arregle lo que falla, y así podrás concentrarte en la creación de buenas soluciones en la parte superior del software que funciona correctamente y que puedan beneficiar a tus clientes. La elección de esta opción, en última instancia, te devolverá un beneficio, ya que ayudar a tus clientes a tener éxito construye una relación duradera y de confianza.
Así que vamos a considerar parte del ecosistema de Dynamics AX como algo que debe ser conocimiento compartido para que podamos ayudar a Microsoft mientras que ellos crean y actualizan los componentes de bajo nivel para corregir y mejorar AX. Si Microsoft pudiera entregar rápidamente los parches, podríamos terminar en un escenario donde aquellos clientes insatisfechos no lo cambian todo radicalmente cada dos años. Esta es una de las cosas que Apple hace bien: todo el mundo reconoce un sistema iOS a lo largo de muchos años.
Pero solo con Windows 10, con suerte, llegaremos a este punto en Windows. Nos hubiera gustado librarnos de las muchas versiones y cambios drásticos en el núcleo de la tecnología, pero tuvimos que lidiar con Windows CE, Windows ME y Windows NT junto con todas las otras versiones de sistemas operativos antes de la situación actual en la que, con suerte, conseguiremos que las cosas no cambien tan rápidamente.
Estos cambios tecnológicos también se producen en AX. Desde la primera versión 1.0, en 1998, hemos tenido aproximadamente once versiones en dieciocho años. En las últimas tres versiones principales eran tan importantes las modificaciones tecnológicas que básicamente tuvimos que volver a escribir el manual de implementación para cada una de ellas.
Y yo me pregunto: ¿Es toda esta agitación tecnológica el resultado de un empeño por crear cosas nuevas por parte de Microsoft?; ¿Quizás podemos auto-culparnos en la comunidad de partners porque estábamos tan empeñados en conseguir el vertical “soñado” que nos haría ricos, en lugar de compartir y ayudar a Microsoft, dando como resultado una serie de lanzamientos que carecerían de la contribución óptima de los profesionales de AX?; ¿Podría Microsoft ser mejor captando todas estas cosas?
Mi respuesta a todas estas preguntas es: Sí.
Ambas partes pueden mejorar y estar más centradas en la próxima versión, no solo en la mejora de las características y funciones de la tecnología, sino también en la propia calidad de la aplicación. No creo que los clientes vean como un fracaso si el equipo de Dynamics AX se salta la tecnología más reciente y sigue trabajando en las que ya están probadas para fortalecerlas y mejorar la versión actual.
Microsoft utiliza los programas TAP y MVP, y las encuestas a los clientes para captar ese tipo de información y requisitos.
El programa TAP, sin embargo, tiene el defecto de que el requerimiento es impulsado por las mismas personas que quieren construir verticales o personalizaciones. Por naturaleza, sería difícil para ellos pedir a Microsoft que construyan la misma función que están planeando crear. Los clientes que entran en el programa TAP están adoptando la nueva versión y se ven obligados a concentrarse en la parte del producto que tienen previsto utilizar, por lo tanto, solo se pondrán a prueba en áreas muy específicas.
El programa MVP y otros profesionales AX individuales actuarán de manera más independiente, pero como estas personas también tienen que ganarse la vida, tienen un tiempo más limitado.
Entonces, ¿cómo podemos hacerlo mejor? La voz más grande, la voz a la que debería escuchar Microsoft, es la voz del cliente.
Ahora volvamos a la gente y a su forma de actuar. En Dinamarca tenemos algo que llamamos “JanteLov” – la Ley de Jante – que es difícil de traducir, pero cuyo espíritu se puede resumir en castellano como “Nadie es mejor que nadie”. La conclusión es que en Dinamarca, y en muchas otras partes del mundo, la necesidad de promover historias de éxito no es tan grande. Pienso que esa es la razón por la que vemos que las comunidades de usuarios tienen mayor difusión en los Estados Unidos y en Reino Unido que en Dinamarca y en otros muchos países.
Pero creo que solo a través del conocimiento y software compartidos podemos superar ese paradigma de implementaciones de tecnología, y empezar a hacer verdaderas implementaciones de negocio. Y también creo que los mayores impulsores y voces a escuchar deberían ser los clientes. Uno de los canales que pueden utilizar es a través de organizaciones como AXUG, cuyo principal objetivo es la creación de redes e interacciones entre los clientes con un mínimo de influencia sobre proveedores y partners, que a veces tienen una agenda oculta en los mensajes que envían.
Sócrates dijo: “Solo sé que no sé nada”. En IT se puede utilizar algo como “No sabes lo que no sabes” o “Si lo hubiera sabido, habría hecho algo más”.
Éste es exactamente mi planteamiento, tenemos que ayudar a nuestros clientes para entender lo que tienen y cómo se puede utilizar en su totalidad, en lugar de decir:
“Oops!, la próxima versión lo arreglará; inténtalo de nuevo más tarde, por favor.”
Mi hijo tiene una camiseta que supongo que resume a la perfección lo que pasaría si estuviéramos en un mundo donde nadie compartiera nada: